Los padres deben vigilar la salud bucodental de sus hijos desde que nacen. Con la salida del primer diente, empiezan los primeros riesgos de caries. No importa que se trate de un diente primario, un diente de leche que tarde o temprano caerá, pues la amenaza de caries también afecta a esos dientes temporales.
La caries es una enfermedad bacterial que está en todos los humanos y una deficiencia en la limpieza puede causar el deterioro del esmalte dental. Cuando no hay hábitos de higiene oral y la caries sigue avanzando, el niño puede someterse a una infección fuerte en el diente cuyas consecuencias pueden ser graves. Por ejemplo, el niño podría sufrir problemas en la salida de los dientes permanentes. No obstante, la existencia de bacterias en nuestra boca es algo normal y tan sólo se trata de prevenir y crear rutinas que eviten que las mismas se acomoden en nosotros. Por esta razón, es fundamental que el niño sea consciente de que debe lavarse los dientes al menos tres veces al día.